La Institución Educativa José Antonio Galán fue creada mediante Ordenanza No. 037 del 24 de Noviembre de 1967, de la Asamblea Departamental del Meta, se fundó con el fin de impartir educación básica secundaria a las juventudes Cumaraleñas.
Es una institución oficial legalmente aprobada por la Secretaría de Educación del Meta y ofrece preescolar, primaria, básica secundaria y media académica y técnica en las jornadas mañana y tarde, con la sede José María Córdova.
El Colegio fue creado por iniciativa de un grupo de entusiastas Cumaraleños orientados por Don Vicente Leal, que era diputado suplente de Eduardo Silva. Un caballero boyacense que sólo venía esporádicamente a ejercer sus funciones como Diputado. Don Vicente llevó la proposición a la Asamblea Departamental, con una petición de ayuda económica de 500 000 pesos para la compra de terreno y construcción del colegio de Cumaral. La asamblea aprobó 150 000 únicamente. En dicha Ordenanza salieron aprobadas igualmente la conformación de los colegios de Puerto López, San Martín, y Acacías.
Es muy probable que en los anales históricos de la asamblea aparezca Eduardo Silva como ponente de la iniciativa, pero realmente quien llevó esta solicitud y consiguió que fuera aprobada fue Vicente Leal; suplente de Eduardo Silva, Diputados del MRL. Según folio 115 Corte Electoral, Libro de Credenciales. En la Ordenanza que autorizaba la creación del colegio departamental, sugirió igualmente el nombre de José Antonio Galán, teniendo en cuenta el valor histórico del prócer comunero.
A partir del mes de enero de 1968 la Secretaría de Educación expide la resolución No. 11 por la cual se concedió licencia de funcionamiento para comenzar labores académicas con el curso primero de bachillerato y se inician las clases con 36 alumnos.
Quienes se constituyeron en el alma de esta institución en su primer año de vida fueron los profesores Paula Roldán de Parra y Heraclio Garzón, igualmente la Doctora Olga Carvajal de Malaver, Judith Garzón, la Señora Danna Halfin de Dousdebés, ciudadana norteamericana que había llegado a Colombia como miembro del cuerpo de paz, ofreció con muy buen ánimo dictar la cátedra de Inglés.
El Colegio funcionó durante cinco años en una casona donde hoy funciona la Casa de La Cultura. El paso de la modernidad nos privó de conservar ese patrimonio y nos instalaron la edificación de Orión. –Moderna-, pero sepultaron parte de nuestro patrimonio arquitectónico, sin fijarse que lo uno no debería ir en menoscabo de lo otro.
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